martes, 23 de noviembre de 2010

Segundo día después de mi derrota.

Hoy mi primer contacto contigo fue a las 10.30. Si, ya no te escribo a las 8 para desearte buenos días, al fin al cabo yo soy el vencido... tal vez pudieras hacerlo tu. Estaba sentado en la cafetería, fumando, hablando con Eduardo, que si los mods y los rockers ya no nos peleamos, que si mola el disco de tal... y te oí hablar justo detrás mio. Reías con tus compañeras, como siempre, y yo sentí pena, casi lloro... Rosa me llamó para enseñarme su propaganda sindicalista que os regaló, y tu me miraste queriendo saber como estaba, me sonreías, al igual que Elena, pero tu mirabas dentro de mi, queriendo saber algo más. Yo miré a Rosa y sonreí, la verdad que no entendía lo que me decía , sólo podía pensar en ti,no podía hacer otra cosa, te miré y volví a sentir pena, así que decidí no entrar en vuestra conversación, prefería seguir hablando con Eduardo de boxeo, de Muhammad Ali en el Zaire... de cuando fue un rey. Muchas veces me imaginé ser el protagonista de la canción de Bowie, quise ser un rey contigo a mi lado, aunque fuera por un sólo día, nada más.. Entonce recordé como soñábamos juntos, como me decías que mis sueños eran posibles pero que los tuyos no. Yo quería dormir a tu lado y saber lo que era despertarse contigo, te propuse quedar una tarde para dormir juntos, por supuesto no pasó, era fácil según tu. Cual sería tu sueño imposible??? sabes que hubiera luchado por hacerlo realidad.
Nos levantamos y nos fuimos a la oficina. Ni siquera pude mirarte. Ahora entiendo lo que es querer hacer algo y no poder hacerlo, lo deseas pero sabes que te destrozará por dentro, y a mi ya no me queda nada por destrozar. Como todos los días miraste tu cuenta a la hora de siempre, y viste mi mensaje sin respuesta. A la salida nos volvimos a ver, me saludaste sin ningún ánimo, nada parecido a como lo hacías en junio. De nuevo sentí pena.

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